No hay cosa que me hagas más feliz que ver cómo los míos son felices, y más si yo tengo algo que ver en ello. Señores, amo la cocina.

Es algo tan agradecido (cuando los resultados son buenos, claro), cargado de tanto amor y paciencia, elevando a la quincuagésima potencia los sabores, olores y colores. Solo quienes cocinan saben la magnificiencia que posee.

No hay nada como ella. Me encanta estar en la cocina y preparar algo delicioso para mi querido, mi familia, amigos, compañeros de trabajo o de facultad. El resultado es... plenitud absoluta.

Me hubiera encantado haberme metido en la carrera de cocina, si no fuese por que debes ser muy bueno y tener algún familiar para ser alguien en la vida... Aunque supongo que en verdad es como en todas las carreras, no?

Como no pudo ser así, decidí por lo que estuve luchando durante algunos años, el periodismo. Pero bueno, hoy el tema principal, como se ha podido deducir, es la cocina. That's tasting good.

Ayer, estaba inspirada, sí. Cogí y decidí que hoy subiría una receta al blog. Ya sé que no pinta nada, pero me apetecía probar subir cosas distintas y probar con el photoshop diferentes diseños para el blog para hacerlo más a mi estilo. Y qué cojones narices! Es mi blog y tendré que subir las cosas que quiera, o no?

La siguiente receta no es la receta de mi vida. No os sacará de un apuro de esa cena con vuestro chico, suegros, jefe, no. STOP. Es una de las recetas más sencillas y socorridas desde que me independicé, y vi oportuno compartirla dada su facilidad de preparación y de productos necesarios.

Es sana, completa, vegana, perfecta sola o como acompañamiento, y otro punto que debéis tener en cuenta es que todo, absolutamente todo, estará más rico al día siguiente EstoEsAsí. Así que si lo guardáis en un tupper para el día siguiente, estará de rechupete. Más aún.